martes 23 de julio de 2002
*
Los aparatos de microondas sirven para muchas cosas, pero voy a poner aquí una miserable receta que dará una idea de para qué me sirven a mí cuando encuentro uno.
Tres minutos o hasta seis, según si es verano o invierno, la clase de maíz apropiada para ello y se obtienen hermosísimas palomitas de maíz (llamadas en distintos países también con el nombre de pochoclo, pororó, maíz pop, y vaya uno a saber cuántos otros nombres hay para la misma cosa).
*
La televisión pone risas de fondo en los programas que se presumen cómicos, eso no es de ahora.
Todavía me impresionan las pequeñas cosas. Como todo está sujeto al progreso, he notado que en algún programa argentino que ve mi madre (y que yo oigo muy a mi pesar mientras trato de leer en la otra habitación), no solamente han puesto risas de fondo, carcajadas muy marcadas, sino además, lo que parece un par de hombres que extrañamente ganan su pan gritando con todas sus fuerzas una larga lista de exclamaciones que se repite, pero que yo no consignaré completa, sólo éstas: AAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!,
UEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!,
MUUUUUYYYYYYBIEEEEENNNNNNNNNNNNN!!!!!!!!!!!!!!,
UEPAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Y por cierto, por más que hacen, no logran alegrar particularmente.