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Cuando se viaja a otro país se debe atender a las cosas que uno dice y a las palabras que utiliza, porque la forma de expresarse aún en el mismo idioma varía de un continente a otro y hasta de un país a otro, por más cerca que se encuentre.
Una vez me encontraba en un establecimiento de aguas termales del Uruguay, en una piscina de unos 1,50m de profundidad, cuando se me acercó por afuera un niño de unos siete años, y me preguntó muy educado: Señor, ¿la piscina tiene piso?
Dudé un segundo en contestarle, porque la pregunta me sorprendió, pero le dije que sí, que tenía piso.
El niño le gritó a la madre que estaba cerca de allí:
¡¡¡tiene piso!!!,
y empezó a prepararse para entrar, cuando se la escuchó llegar corriendo a la madre desesperadamente, para agarrarlo e impedirle entrar, mientras gritaba:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡no tiene pisoooooooooo!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡no tiene pisoooooo!!!!!!!!!!
De donde comprendí yo, casi demasiado tarde, por cierto, que en esa zona rural del Uruguay, preguntar si tiene piso una piscina, significa preguntar si no lo tapará a uno el agua cuando entre.
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Una felicidad tal sólo la ha podido encontrar un experimentado sufridor.
Nietzche, La gaya ciencia.
Citado por Carlos García Gual, Epicuro, La felicidad, Editorial Debate.
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Hablábamos de postergar cuando no tenemos más remedio que hacerlo. También es cierto que a veces postergamos pudiendo no hacerlo, y eso tiene un precio.
A veces lo sabemos ahora ese precio, y a veces lo sabremos más tarde.
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Dijo Epicuro:
Nacemos una sola vez, pues dos veces no es posible, y no podemos vivir eternamente.
Tú, sin embargo, aunque no eres dueño de tu mañana, sometes la dicha a dilación.
Pero la vida se consume inútilmente en una espera, y cada uno de nosotros muere sin haber gozado de la quietud.
y también dijo Epicuro:
Nada hagas en tu vida que pueda procurarte temor si fuera conocido por tu prójimo.
Carlos García Gual, Epicuro, La felicidad, Editorial Debate.
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Antes se decía por aquí:
pobres como ratas.
Y ahora estamos pensando en decir: pobres como microbios.
y yo no entiendo porqué si los vemos más chicos a los bichos,
imaginamos que los vemos más pobres.
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Saber escuchar al otro es un arte que se empieza a conocer muy tarde en la vida, y alguna gente no llega a conocerlo nunca.
Dicen los libros que los que son conocidos como los mejores conversadores, en realidad, es porque se las arreglan para inquirir sutilmente los intereses de sus interlocutores…
y los dejan hablar sobre ellos mismos.
Recordé todas estas cosas visitándola a mi madre y escuchándola hablar.
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Muchas veces tomamos contacto con gente enferma, triste, con problemas… o que pasan por situaciones que ellas consideran negativas.
A veces esa gente nos agradece que le brindemos una visión distinta, un apoyo, un aliento.
Y a veces quieren solamente que escuchemos, y no les interesa nada más que eso.
Y con eso sólo, si es que podemos soportarlo, con eso sólo podemos ayudar.
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Cuidando por supuesto nuestra única energía disponible para la vida, de esa gente que abusa, como si uno fuera de plástico;
y es cuando a uno le toca decir:
así no juego.