miércoles 25 de febrero de 2004

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cosas que suceden una sola vez, que uno sepa, son difíciles de creer; como ver una estrella que se prendió y se apagó, y por más que uno esperara no se volvió a prender;
son cosas que dejan dudando acerca de si existieron de verdad, o si fue que vimos mal, lo soñamos, o cualquier otra variedad de la ilusión;
pero es el problema de lo que sucede sólo una vez, como cada uno de nosotros, y entonces es razonable que el resto nos mire como preguntándose si seremos de verdad o no