viernes 1 de marzo de 2002

*

Con la gente que nos une la relación frecuente y la confianza parece que fuera lícito permitirse descortesías que no tendríamos con desconocidos.

Omitimos saludarlos, agradecerles, consultarlos, tenerlos en cuenta, no nos hacemos ver lo presentables que nos mostraríamos si fuera alguien desconocido.

*

En la relación con uno mismo no ponemos casi nunca la cortesía y las consideraciones que ponemos en el trato con los demás.
Nos vamos llevando, muchas veces sin consultarnos.
Tomamos como válidos para hoy, anteriores compromisos de hacer y de no hacer que deberían ser validados diariamente.
No estaría mal, nada mal, saludarnos, cuidarnos, premiarnos, tenernos paciencia, admirarnos, confiar en nosotros, apostar por nosotros, malcriarnos un poco.
En fin, todas esas cosas que uno vive haciendo con y por los demás,
sea que lo merezcan o no.