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No es agradable discutir con la gente. A mí no me agrada. Pero es interesante lo que se aprende en las negociaciones, y qué es lo que te dice sobre los comportamientos de las personas.
Me ha pasado descubrir que el que menos te discute en una negociación, por lo general es el que tiene decidido que firme el documento que firme, hará lo que se le dé la gana.
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Es interesante lo que pasa con los largavistas. Cuando uno ve algo interesante, enseguida se imagina cómo será ver más lejos que eso.
Lo mismo pasa con los telescopios.
Y lo mismo pasa cuando se conoce a alguien que te lee el horóscopo o el tarot, y uno se queda pensando (además de todas esas cosas que se piensan), ¿y después de eso, qué es lo que pasará?
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Veo a los ancianos aferrarse a sus empleos en diversos oficios, mucho más allá de sus fuerzas, porque no les alcanzan las miserables jubilaciones o pensiones, o cuando acumulan diversos empleos menores.
Eso produce desempleo de los jóvenes, que se atrasan en los ciclos de formarse en los oficios y profesiones.
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Y el aumento de ladrones produce aumento en la cantidad de policías, particulares y privados.
Y el aumento de policías produce el aumento de la cantidad de ladrones, porque si un banco está custodiado por dos policías, los ladrones deberán ser más que eso, y mejor armados.
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El mundo se presenta como algo regulado, de cierta manera desagradable e incomprensible muchas veces, pero da una sensación de ser algo regulado.
En uno de los libros que leí y no recuerdo con seguridad cuál es, posiblemente haya sido en Las Leyes de Murphy, de Editorial EDAF; decía que la cantidad de mal que hay en el mundo es constante. Y daba como ejemplo que cuando se aumentaba el presupuesto para la salud pública, se quitaba la misma cantidad a la seguridad social, o a la educación.
Solamente por si fuera cierto eso de que la cantidad de mal que hay en el mundo se mantiene constante, es que cabría darse unos segundos de cierta reflexión en el momento de hacer algún aporte o algún cambio para mejor en cualquier campo que sea, para estudiar, aunque sea poniendo un poco de paranoia, cómo podría darse en el caso esa ley perversa que logra empeorar la situación por otro lado, y lograr así anular un cambio favorable.
Quizás sea esa una forma de evitar los empeoramientos un poco obvios que se dan muchas veces cuando uno intenta, con su mejor buena voluntad, mejorar algo las cosas.
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Hay cosas que no podemos comprender del todo.
Por ejemplo, lo que nos ha tocado hacer en la vida, y porqué no logramos ganarnos la vida de otra manera o desempeñarnos en campos distintos. Y eso se siente como un impedimento.
Las vocaciones aparecen y desaparecen, y no sabemos bien qué hacer una vez que hemos seguido la inclinación, cuando vemos que una cosa imaginada como placentera y gratificante, se comporta muy distinto en la realidad de todos los días.
Según una revista de historietas, el Pato Donald estaba harto de su trabajo como empaquetador de mantequilla, y decidió hacer un test de orientación vocacional, que fue bastante laborioso, con varias entrevistas y dibujos y todas esas cosas.
Y finalmente llegó el día,
y el responsable del test le comunicó que tenía una aptitud de 97 sobre 100 para desempeñarse como empaquetador de mantequilla.