viernes 4 de junio de 2004

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acostumbran a caer mal a algunas personas las buenas obras que hacen algunas, muy pocas, de las malas empresas del capitalismo salvaje, aunque los destinatarios de esas obras casi seguramente no piensen tan mal;
puede ser limitarse a permitir usar a cualquiera, sean clientes o no, los baños limpios, dar empleo a discapacitados, fomentar alguna educación, dar fondos para niños en riesgo, apoyar el arte o cualquier cosa que suene agradable