jueves 15 de agosto de 2002

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Escrito por H. D. F. Kitto, Los griegos, Editorial Universitaria de Buenos Aires, EUDEBA.

…pero Solón señaló que un hombre vive muchos días y que cada día trae algo distinto. Por consiguiente no debe llamarse feliz a un hombre mientras esté vivo. Nunca se sabe qué puede suceder.

…cada acto del hombre produce sus consecuencias a veces irreparables; hay muchas cosas, deseables en sí mismas, por las cuales debemos pagar un precio demasiado alto. Si así no fuera, la existencia humana no sería trágica.

Pensar en esta escala nos resulta difícil a nosotros… pero cuando el adaptable lector se acostumbre a la escala… no cometerá el error de confundir tamaño con significación.

A veces los escritores modernos hablan con magnífico desprecio de aquellos insignificantes estados griegos, con sus interminables luchas.

Es exacto: Platea, Sición, Egina y el resto eran insignificantes si se los compara con los estados modernos.

También la tierra es insignificante, comparada con Júpiter; pero la atmósfera de Júpiter es principalmente amoníaco y esto es ya una diferencia.

A nosotros no nos gusta respirar amoníaco y a los griegos, a su vez, les habría resultado intolerable la atmósfera de los vastos países modernos…

La diferencia de escala, cuando es bastante acentuada, equivale a diferencia de condición.

H. D. F. Kitto