lunes 30 de junio de 2003

*
en algunos teléfonos públicos, en el momento de terminar de hablar y colgar, el ruido que hacen las monedas al caer dentro del aparato es el mismo para las monedas que cobra que para las monedas que devuelve; de modo que en esos teléfonos uno siempre cree por un segundo que ha terminado hablando gratis, pero siempre averigua enseguida que no fue así;
por un segundo se ha sido un estafador, para volverse luego inocente, sin necesidad de hacer nada especial, más que pensar