martes 22 de febrero de 2011

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cualquier persona que vaya a hacerse atender a un servicio médico hospitalario se encuentra un ambiente en general, bastante serio, por no decir algo solemne;
pero hay algo que hace más difícil ese ambiente casi solemne, donde cada uno carga con sus dolores y con su preocupación, y es algo peor que la presencia infaltable de la persona que quiere adelantarse a los demás;
peor que eso es cuando aparece alguien que cree necesario ser ocurrente, gracioso, entretenido, y toda una serie de encantos afines, desplegados en muy mal lugar