miércoles 31 de agosto de 2011

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no se piensa tanto como se debiera ni se obra tanto como sería necesario, así como se piensa y se obra en exceso, impropiamente;
y todo eso ocurre porque a la gente naturalmente dotada para la acción y orientada hacia la acción, la aburre y la distrae pensar antes de la acción y durante la acción;
y a la gente apta exquisitamente para pensar, el hacer cosas las aburre y las distrae de lo que mejor se les da