martes 31 de enero de 2012

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se cuenta que Max Brod, contrariando la última voluntad de su amigo, hizo posible la publicación de obras que Kafka hubiese querido destruir, y por eso, cada vez que un artista se toma responsablemente el trabajo de destruir de la propia obra lo que le parece que no debiera perdurar, o encuentra alguien fiel que lo suprime realmente a su pedido expreso, cada vez que ocurre eso con felicidad, se podría llamar la venganza de Kafka