las personas componedoras de lo roto no deben quejarse de las consecuencias desagradables, pues la inercia propia de lo roto impone que nadie arregle nada, y que si lo arregla, lo pague
las personas componedoras de lo roto no deben quejarse de las consecuencias desagradables, pues la inercia propia de lo roto impone que nadie arregle nada, y que si lo arregla, lo pague