jueves 18 de abril de 2002

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Cuando tenía que encontrarse con el otro, lo llamó por teléfono para ponerse de acuerdo dónde y cómo se encontrarían.

El otro le preguntó en qué horario podría ser eso, y el hombre le contestó: en cualquier momento, soy un hombre libre.

No supo porqué había dicho eso, y al otro le llamó la atención.

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Después casi lamentó haber dicho eso, porque es fácil considerarse un hombre libre, pero es bastante más difícil serlo, y serlo todo el tiempo.

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Además, ¿qué sería un hombre libre de verdad?

Alguien que no necesite respirar, beber agua, comer, querer, que lo quieran.

Eso contesta la pregunta.

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Por aquí aumentaron los robos, y entonces en algunas empresas decidieron confiarle las cobranzas a los bancos, para evitar andar con dinero en sus locales. Cuando el sistema bancario tuvo su crisis, volvieron al punto de partida. El dinero estaba en peligro en todas partes.

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Muchas veces nos damos cuenta de que las vidas se van armando en forma casual pero ciertamente implacable.

Aparece un suceso, ese nos lleva a otro, y las cosas nunca serán las mismas, no solamente por lo que hicimos, que bien pudieron ser cosas absolutamente sin importancia, sino porque hacer esas cosas nos alejó de los lugares y de las personas donde las acciones pudieron ser bien otras, de estar nosotros allí.

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En la puerta del Registro Civil, lugar donde se celebran los casamientos en esta ciudad, quizás sabiéndolo y quizás no, porque de afuera parece una oficina cualquiera, unas personas pusieron este cartel:

¡No choices!

que creo que significa: ¡no hay elección!

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Marguerite Yourcenar. Opus nigrum. Ediciones Alfaguara SA.

… se soporta menos fácilmente en otro lo que se acepta bien en uno mismo.

Los filósofos de esta época postulan, en su mayoría, la existencia de un Anima Mundi, sensible o más o menos consciente, de la que participan todas las cosas.

… y sin embargo, los únicos hechos que hasta ahora se conocen parecen indicar que el sufrimiento y, por consiguiente, la alegría, y por ello mismo el bien y lo que llamamos mal, la justicia y la injusticia, y en suma, en una y otra forma, el entendimiento que sirve para distinguir los contrarios, son patrimonio de la sangre y puede ser que de la savia…

Todo lo demás, y me refiero al reino de los minerales y al de los espíritus, si es que existe, tal vez sea insensible y tranquilo, más allá de nuestras alegrías y de nuestras penas, o más acá de donde de ellas se encuentran. Nuestras tribulaciones… posiblemente no son más que una ínfima excepción en la fábrica universal, lo que podría explicarnos la indiferencia de esa sustancia inmutable que devotamente llamamos Dios.

…se parece mucho a lo que nuestros alquimistas llaman la vía seca o la vía rápida… se trata de transformarlo todo de golpe y con nuestras débiles fuerzas. Es un sendero peligroso…

Por un instante evocó el concepto alquímico de viriditas, el inocente abrirse paso del ser que crece tranquilamente en la naturaleza de las cosas, brizna de vida en estado puro…

.. sentía demasiado a menudo en el presente los momentos caducos de su propio pasado, no por remordimientos o nostalgia, sino porque los tabiques del tiempo parecían haber estallado.

Marguerite Yourcenar.