jueves 26 de septiembre de 2002

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la política es el arte de poner carteles;
así pensó amargamente ese hombre cuando vio esos carteles que proclamaban:
secundario obligatorio;
adivinó que alguien del lado oficial le decía al público que ahora se había conquistado la obligatoriedad de tomar estudios secundarios;
esa fábula se estaba contando en un mundo donde todos sabían que también era un derecho comer, tener un techo, acceso a la salud y concurrir a la escuela primaria, y se estaba contando sin convencer;
porque esos derechos no salían del mundo de los afiches.
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alguna gente además de juntar papeles de la basura, despega directamente los carteles pegados en las calles, con lo que los mensajes de esos carteles se tornan muy efímeros, y pierden mucho del efecto nocivo que tienen muchas veces;
así, esos carteles dan de comer a la gente que los vende por su peso, lo que les asigna, en el fondo e indirectamente, un cierto valor, que por supuesto, y afortunadamente, no es el esperado por sus autores