lunes 22 de abril de 2002

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Me contaban hace un tiempo acerca de un señor que había largado todo en España, y se había mudado a las sierras de la provincia de Córdoba, en la Argentina.

Y era una maravilla ver cómo ese hombre con su trabajo hacía sus quesos, su pan, todo lo que hacía falta.

Era un estímulo para sus vecinos argentinos que a su vez habían abandonado las ciudades y estaban allí tratando de establecerse en medio de las enormes dificultades, porque las cosas no salían, por alguna razón o por otra, pero los alentaba ver que a este hombre le iba bien, y persistían en el esfuerzo.

Hasta que tuvieron noticia de que este hombre todos los meses recibía dinero de una pensión de su país de origen.

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De allí una frase célebre que dijo uno de sus vecinos de entonces:

No hay ningún problema en vivir en el campo, si te entra plata de alguna parte.

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De allí también que no haya ningún problema en salir de la vida activa y jubilarse, como decimos aquí, o en ser pensionista. Solamente hay que tener una entrada de plata para eso.

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Otra forma es confiar en el capitalismo, que te deja fuera del circuito sin preocuparse por los detalles.

Parece que no, pero te evita tener que tomar por tu cuenta trascendentes decisiones, como por ejemplo jubilarte sin plata.

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Se enfermó la gata en esa casa, y mientras la gente de la casa se lo pensaba muy bien por los gastos, la gata esa estaba haciendo ayuno, porque por alguna razón no podía o no quería comer.

Y en tres días empezó a comer de nuevo, y todos la dieron por curada.

No pude evitar los siguientes pensamientos:

En tres días, cualquier veterinario podría haberla liquidado, con o sin ayuda de oncólogo o cirujano veterinario.

Donde se toca un organismo vivo para indagar qué puede andar mal, porque casi siempre nadie tiene la menor idea, se arruinan las posibilidades de que el organismo se acomode solo, que es lo que si no me equivoco, se llama homeostasis, o sea la tendencia del organismo a recuperar su propio equilibrio.

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Decía Borges que sabía que los hombres morían, pero que en el caso de él era una hipótesis más, hasta que efectivamente ocurriese.

De donde podemos deducir que casi todos los hombres son mortales, menos los que todavía están vivos, y de ésos, se sabrá a su tiempo si son o no son mortales, aunque sospechemos bastante de lo que dijo Borges, que al final, terminó haciendo al respecto como parece que hacen todos.

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El tema de las restricciones es una fuente de noticias de diverso carácter.

Enfocando las cosas de las que la gente se priva, efectivamente se priva de algunas cosas que les harían bien, y también se priva de algunas cosas que les harían mal.

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Estaba cansado de luchar con las instalaciones en esa máquina y suspiró un pensamiento filosófico, y le dijo a ella: ¿quién ganará, el hombre o la máquina?

Ella solamente dijo esto:

lo más probable es que te lleve al suicidio.

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El sistema de hacer presupuestos para una tarea cualquiera puede ser tan sencillo como esto:

Se recibe una orden de trabajo, se localiza quién puede encargarse de la tarea y se le pide un presupuesto.

Cuando se tiene la respuesta, se multiplica por dos o por tres o por cuatro la cifra que le dan a uno, y así se tiene el presupuesto que se le pasará al cliente.

Sé que dicho así parece algo demencial, pero así funciona este mundo de acá.

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Ayer mismo, o anteayer, decía que la vida nos pide un poco de atención a distintas cosas.

Algunas, todo el tiempo, algunas, de vez en cuando.

Algunas otras sería para recordarlas, solamente, sin hacer nada más que eso.

Son como trompos que se mantienen girando, con solo atenderlos de vez en cuando, lo que es un arte en sí mismo.

Y alguien mintió sin quererlo, o no terminó de decir la verdad, cuando dijo que haciendo eso, se evitaba que los trompos se cayeran haciendo ruido.

El olvido consistió en omitir expresar también que los trompos se terminarán cayendo por más que los cuides.

Y que cuidarlos, o mirarlos, o atenderlos, o rogar por ellos, o lo que sea, son de las cosas que hacemos porque tenemos que hacerlas, para cumplir con la parte que nos toca, y por esa cosa de hacer todo lo posible, así sea en el rubro de las cosas imposibles.