jueves 17 de octubre de 2002

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ironías de la vida. cuidándose de las lesiones como de la peste, practicaba artes marciales sin lastimarse, pero se lastimó el codo pelando un zapallo; y ni siquiera se lastimó el codo del brazo que cortaba, sino el del otro brazo, inexplicablemente, quizás por un movimiento compensatorio reflejo;
dolorosa como es la lesión de codo, con un dolor penetrante que no impide vivir, pero que se queda ahí, amenanzando con resultar permanente;
le contaba esto a un amigo y le decía todo lo peligroso que podía llegar a ser el ataque de un zapallo
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el hombre, aplicando cierta lógica mecánica, decía que como había tenido seis hijos, ahora le tocaba escribir seis libros y plantar seis árboles