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A la mañana del día de ayer recordé que había soñado que nadakedecir* había salido en la página de los chistes, la última del diario, en forma de tiras con dibujos.
No era una buena noticia, porque ese diario me parece lamentable, y porque lo que se dice aquí no son chistes, sin que eso quiera decir que yo sé qué es lo que se dice.
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Es la segunda vez que me pasa algo prácticamente imposible.
Queriendo encender un interruptor de luz, meter por el hueco entre unos libros la mano y por error pegarle a una caja con sellos, que se mueve y golpea el interruptor, encendiendo la luz.
Y si bien no ha sido nada imposible, porque ha podido suceder dos veces, dos días seguidos, deja la extraña sensación de que tiene que ser fuerte la dirección de la mente, si es que se impone así para lograr esos resultados exactos con las acciones erradas.