martes 21 de mayo de 2002

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Cuando las ventas se ponen muy difíciles o imposibles del todo porque no hay dinero o porque no se sabe qué precio pueden tener las cosas, es muy fácil encontrarse con presuntas ofertas de empleo que consisten en el pago de más o menos interesantes comisiones si es que uno logra vender algún artículo de ésos.

Y yo digo que cualquier porcentaje, por más grande que sea, cuando es sobre cero, es cero.

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En otros tiempos ese hombre estaba intentando trabajar, y su misión era cobrar unas cuotas para una compañía de seguros, donde le habían ofrecido un muy impresionante porcentaje de comisión sobre las sumas que cobrara.

Se dedicó muy especialmente y cobró de los clientes una considerable suma de dinero, que nunca había esperado, y solucionó un atraso enorme que tenía esa gente en sus cobranzas.

Tampoco había esperado ese éxito la persona que lo contrató, porque le dijo que no podía pagarle una suma de dinero tan alta en concepto de comisiones.

De donde se aprende lo cerca que están los éxitos resonantes de los fracasos resonantes.

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Muchas veces pienso en los jóvenes que se ven bien vestidos y se sientan en cualquier parte en una ciudad sucia, con despreocupación, y veo detrás de esa escena a una madre que lava todo.