8.5.2020.2

En cambio, (…) le maravilló (…). «Bien dicho, príncipe mío, bien dicho» (lo que quería decir, en una palabra, recitado sin faltas) (…), pero el príncipe ya había desaparecido en la salita.
Marcel Proust; En busca del tiempo perdido 3 /Traducción Carlos Manzano