No hace falta ser dos, basta con que estemos solos en la habitación pensando para que se produzcan nuevas traiciones de nuestra amante, aunque esté muerta.
Marcel Proust; La prisionera /En busca del tiempo perdido 5 /Traducción Carlos Manzano
No hace falta ser dos, basta con que estemos solos en la habitación pensando para que se produzcan nuevas traiciones de nuestra amante, aunque esté muerta.
Marcel Proust; La prisionera /En busca del tiempo perdido 5 /Traducción Carlos Manzano