(…) El trabajo lo absorbía pero una parte de sus pensamientos andaban por otro lado. Esa era su maldición. No podía dejar de pensar. Por eso le gustaba ir a pescar. Pescar y pensar era lo mismo para él. (…)
Antología personal; Ricardo Piglia
(…) El trabajo lo absorbía pero una parte de sus pensamientos andaban por otro lado. Esa era su maldición. No podía dejar de pensar. Por eso le gustaba ir a pescar. Pescar y pensar era lo mismo para él. (…)
Antología personal; Ricardo Piglia