—Tu hija está guapísima, Giancarlo —le dijo un Ricasoli ya entrado en años, al que conocía desde hacía siglos—. (…)
Caminaron juntos (…) mientras hablaban de sus deposiciones.
Inocencia; Penelope Fitzgerald, Traducción Pilar Adón
—Tu hija está guapísima, Giancarlo —le dijo un Ricasoli ya entrado en años, al que conocía desde hacía siglos—. (…)
Caminaron juntos (…) mientras hablaban de sus deposiciones.
Inocencia; Penelope Fitzgerald, Traducción Pilar Adón