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el proceso de envejecimiento de las personas va siendo acompañado hacia las edades más avanzadas, por la creciente desaparición física de quienes han sido sus contemporáneos
Hannah Arendt ha expresado este proceso ciertamente inevitable con estas palabras: Debo admitir que me importa este proceso de defoliación (o deforestación). Como si hacerse viejo no significara, como dijo Goethe, "el apartamiento paulatino de la apariencia" -que a mí no me importa- sino la paulatina (más bien repentina) transformación de un mundo con faces familiares (no importa si amigas o enemigas) en una especie de desierto, poblado de caras extrañas. En otras palabras, no es que yo me retire, es que el mundo se disuelve: una proposición completamente distinta.
citada por Elisabeth Young-Bruehl en su libro Hannah Arendt; Edicions Alfons el Magnanim; Generalitat Valenciana; 1993
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todos sabemos más o menos bien cómo son las cosas, el problema es que uno quiere ser una excepción, o cree muy alegremente merecer serlo