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Joseph Campbell. Los mitos en el tiempo. Emecé.
… Ahora podemos empezar a ver que el mundo mismo es una manifestación de la conciencia del Buda. … lo que significa que es el hombre que por la meditación se ha identificado con la conciencia del Buda, la conciencia trascendente, que vive en todos los seres.
En un artículo de Daisetz Suzuki hay una historia maravillosa. El joven alumno le dice al maestro: ¿Estoy en posesión de la conciencia del Buda?. El maestro le dice: No. El estudiante dice: Bueno, me han dicho que todas las cosas están en posesión de la conciencia del Buda. Las rocas, los árboles, las mariposas, los pájaros, los animales, todos los seres. El maestro dice: Tienes razón. Todas las cosas están en posesión de la conciencia del Buda. Las rocas, los pájaros, los animales, todos los seres… salvo tú. -Yo no?, Porqué no?. – Porque estás haciendo la pregunta.
Si uno ha puesto su identificación de uno mismo en esta actitud racional no está recibiendo el mensaje. El Buda es el que barrió con eso, recibió el mensaje, y ahora está viviendo del mensaje.
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La enseñanza de Buda está en todas partes. Hoy está lloviendo. Esta es la enseñanza de Buda. La gente piensa que su propio camino o convicción religiosa es el camino de Buda, sin saber lo que está oyendo, lo que está haciendo o dónde está. La religión no es cierta enseñanza en particular. No debemos preguntarnos cuál es la buena y cuál es la mala. No ha de haber ninguna enseñanza en particular. La enseñanza está a cada momento, en cada existencia. Ésa es la verdadera enseñanza.
Shunryu Suzuki. Mente Zen mente de principiante. Estaciones.
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Poner la posibilidad en el otro es una forma segura de sentirse fuera de ese club.
Hacemos eso cuando vemos a alguien como maestro, de pintura, de música, de lo que sea.
Les atribuimos cualidades sobrehumanas a estos personajes al considerar que ellos sí y nosotros no.
Eso no tendría nada de malo si no fuera porque al mismo tiempo, con eso, nos estamos atribuyendo cualidades subhumanas.
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Nadie puede hacerte sentirte inferior sin tu consentimiento.
Eleanore Roosevelt.