lunes 30 de diciembre de 2002

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inexplicablemente para uno, la gente se empeña en carreras que aparentan ser por completo faltas de sentido, apostando largos años de sus vidas a distintos tramos de esas carreras;
carreras que requieren impulso, persistencia, escrúpulos o falta de ellos;
pero nuestras propias vidas, miradas por los otros ojos, también parecen eso;
y tal vez sea porque querer encontrarle sentido a la vida sea como querer encontrarle sentido a una montaña
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independientemente de que los taxistas a veces abusan, puede pensarse que si alguien se empeña en indicarle al taxista TODO el itinerario hasta en los más mínimos detalles, suceden dos cosas:
se pierde la sorpresa de saber por dónde iría él;
y además, decirle el camino al taxista sería como operarse y decirle cada cosa al cirujano, o volar y darle indicaciones sobre el trayecto al piloto del avión
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el hombre le entró muy fuerte al profesor en la clase de artes marciales, y el profesor lo movió, siguiendo con el propio impulso del ataque, lo más suave que pudo, pero con la fuerza que traía el otro;
el hombre al caer dijo entre dientes: ¡Qué malo…!!! refiriéndose al profesor, aludiendo a que lo había bajado muy fuerte, lo que nos hizo sonreír a todos, y uno dijo:
claro, el malo siempre es el otro
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los días en los que pasa de todo, sorprende como un sonido único en el ambiente, que no nos parece armonioso, pero es posible que sí lo sea