viernes 30 de mayo de 2008

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el colmo de la gente que se presenta a comer y a tomar en lugares a los que no ha sido invitada
fue el caso del dueño de una imprenta que cuando tenía a su cargo hacer las invitaciones para celebrar un casamiento siempre hacía cinco invitaciones de más
que guardaba para oportunamente presentarse en cada fiesta acompañado de cuatro amigos tan expertos como él
y no siempre salía bien, como cuando llegaron y fueron invitados amablemente a entrar a la gran casa, y los fueron guiando a través de muchas puertas, la última de las cuales los dejó, sin decirles una sola palabra, nuevamente en la calle