Era Ling. (…)
Wang-Fo le dijo dulcemente sin dejar de pintar:
—Te creía muerto.
—Si usted seguía vivo —respondió—, ¿cómo hubiera podido morir?
Cómo se salvó Wang-Fô, de Marguerite Yourcenar
https://www.zendalibros.com/como-se-salvo-wang-fo-de-marguerite-yourcenar/