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La ironía romántica se aprende muy bien en los viajes, porque en ellos se puede comprobar que la realidad es en ocasiones más fantástica que cualquier fantasía.
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Tenía mil vidas y elegí una sola / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
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La ironía romántica se aprende muy bien en los viajes, porque en ellos se puede comprobar que la realidad es en ocasiones más fantástica que cualquier fantasía.
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Tenía mil vidas y elegí una sola / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski