Pronuncié el saludo que me habían enseñado: «¡Siegoh! He venido»; la india, en vez de devolverme el saludo repitiendo como es de rigor: «Ha venido usted», no respondió nada. (…)
François-René de Chateaubriand
Memorias de ultratumba, 1848
Traducción: José Ramón Monreal