lunes 3 de febrero de 2003

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quienes llevan a pasear por la ciudad a su perro pero en vez de caminar, van en bicicleta, ofrecen la ventaja, para el perro, de que puede hacer ejercicio, y a la persona, también;
¿cuándo parará ese perro para hacer sus necesidades?
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cuando esa señora llevaba por las calles a tres perros con sus correas, tenía que atender a las indicaciones de cada uno de esos tres perros, que nunca aprovechaban las paradas de otro perro; siempre tenían su parada propia, cada vez
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uno de los carteles más extraños que podían verse, estaba en una casa rodante usada por los maquilladores de una empresa de cine;
suba despacio
estamos maquillando
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las empresas que distribuyen la energía eléctrica en Buenos Aires quizás se ahorren muchos de los trabajos de mantenimiento, quizás con fundamento en las alteraciones de las condiciones de los contratos por parte del estado, quizás por cualquier otra causa; el hecho es que los cortes de luz se hicieron frecuentes y sorpresivos;
sobre las molestias que eso causa puede hablar cualquiera;
pero la vida se torna una aventura, en la cual nunca se sabe lo que puede pasar, y por obra de sucesivos cortes de luz imprevistos, los planes van cambiando, y aparecen siestas gloriosas donde no las había, y la bendición de acostarse temprano, en pleno horario de mirar televisión, o de trabajar en la computadora;
o mirar el cielo después de ver anochecer largamente, un cielo más visible de novhe si se apaga el alumbrado público por el corte de luz, y quedarse largo rato así porque la falta de electricidad empuja a la gente de cabeza al ocio, casi desconocido, y se puede sentir una cierta incomodidad de verse obligados al ocio
sorpresas en la vida de todos los días, algún lado bueno de volver a dificultades en materia energética