lunes 24 de febrero de 2003

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la señora estuvo apantallándose en forma frenética sentada al pleno sol del verano, y a un metro de la sombra; sucedía que estaba queriendo tomar sol, pero no le gustaba tener calor;
el hombre estaba a la sombra, en otra mesa de la vereda del bar, tratando de fabricar una conversación con una señora de la mesa vecina;
dos horas más tarde, se podía ver que el sol se había movido, la sombra se había movido, la señora que estaba en esa mesa era otra, el señor de la mesa era el mismo de antes, y por lo que se veía al pasar, estaba tratando de fabricar una conversación con esa nueva señora de la mesa vecina
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pensando en el destino del pañuelo
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vio venir una sombra por el piso y se preparó para pisarla; esperando ver una cucaracha, estuvo a punto de pisar una hermosa ciruela que llegaba rodando
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ese hombre no carecía del todo de la noción del propio ridículo;
pero sucedía que a veces solamente podía rememorarla, y entonces ya era tarde, y hasta increíblemente tarde;
y cuando pensaba que cuando se viese en la misma situación en el futuro, quizás tendría la posibilidad de reaccionar a tiempo en esa nueva oportunidad, él mismo se daba cuenta de que esperar que las situaciones se repitiesen tal cual, sería ridículo