sábado 31 de octubre de 2009

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leemos un libro y en el medio de un duelo con espadas, cuando alguien está por asestar y tal vez también por recibir a su vez un corte mortal;
la lectura queda interrumpida por tener que hacer otra cosa, y los protagonistas quedan congelados en ese gesto temporaria o quizás definitivamente, incapacitados para vivir y también para morir