lunes 1 de noviembre de 2010

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parece ser que muchos hombres y mujeres mayores han recalado en lo que tal vez sean sus útimos empleos sobre esta tierra; haciendo aburridas y muy aburridas tareas de vigilancia en destinos que en apariencia no presentan riesgos mayores, pero eso nunca se sabe;
y esa gente que lucha muchas veces de noche contra el cansancio de la edad, el frío, la sed, el hambre y principalmente el sueño;
esa gente podrá quejarse de muchas cosas con toda razón, pero nunca se quejará por haber pasado un día o una noche de mortal aburrimiento; porque poder aburrirse en santa paz en esos oficios es la diferencia entre la vida y la muerte