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C. G. Jung, Aion. Paidós.
Uno se aferra, naturalmente, sólo a ideas estériles, pues las ideas vivas tienen contenidos y riqueza bastantes para que no haya motivos de querer aferrarse.
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Sorpresivamente el otro le preguntó: ¿cómo están los proyectos?;
para contestar esa pregunta pensó en mil cosas, en la palabra sobrevivir, en las dificultades que no terminaban, en lo imposible de hacer proyectos, en la gente que estaba muchísimo peor que uno, en todo lo que andaba bien y mejor que bien, y en menos de un segundo se encontró contestando:
…haciendo lo de siempre, mientras dura… quizás no sea demasiado ambicioso;
el otro lo pensó menos de un segundo, también sonrió y dijo:
no… ¡sí que es ambicioso!
