11.8.2023.3

(…)

Yo.— No hay nadie que no piense como vos y que no siente en el banquillo al orden establecido; sin darse cuenta de que renuncia a su propia existencia.

Él.— Es verdad.

(…)

El sobrino de Rameau
Denis Diderot, 1891
Traducción: Ana María Patrón