1.9.2023.7

Ponche

(…) —dijo Prokop cerrando el pestillo de la ventana—, una cosa así hay que verla.

Después nos bebimos el ponche caliente y nos abandonamos a nuestros pensamientos.

Vrieslander tallaba una marioneta. (…)

El Gólem
Gustav Meyrink
Trad., ed. y notas: Isabel Hernández