miércoles 14 de mayo de 2003

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lo sorprendieron al cantarle la canción de feliz cumpleaños en la calle, en plena noche de otoño antes de que amaneciera, al presentarse para dar su clase de las 7,30 de la mañana;
mientras daba la clase, no se imaginó que sus alumnos más tarde, en el vestuario, acordarían entre ellos hacer un brindis en su honor con sidra o con cerveza a las diez de la mañana;
así, empezando con alcohol y festejo desde tan temprano seguramente sería un día excepcional;
por suerte el número de días excepcionales es corto;
porque el alcohol suele dejar resaca, y la alegría también.