jueves 5 de junio de 2003

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una costumbre de los maquinistas de los trenes es hacer sonar la tremenda bocina de la locomotora anunciando que se pondrán en marcha;
como hay trenes toda la noche, es posible escucharlos a horas insólitas en ese gesto maquinal que captan solamente quienes atraviesan las horas del insomnio