miércoles 25 de junio de 2003

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esos pacientes eran llamados cada uno en su momento, e iban entrando por una puerta que tenía un letrero que a nadie parecía llamarle la atención, que decía:
peligro radiación
prohibido el ingreso
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acompañar el dolor de otro sería posible, solamente si pudiéramos dejar que nos manche ese dolor
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el orden que tenga nuestro pequeño mundo no será problema para nadie, a menos que nos empeñemos en defenderlo y en exportarlo