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estaba haciéndole una visita a uno de sus hijos que quería ayudarlo en algo y por ayudarlo retrasaba su propio trabajo;
el hombre le dijo que lo dejara, que no quería complicarle la vida, a lo que el hijo le contestó con una sonrisa que al contrario, que no le complicaba la vida, y que en realidad, si no fuera por su padre, él no estaría allí
el hombre despertó esa noche con la claridad de que su hijo con esa frase le había dicho cosas ya demasiado sabidas, y sin embargo le había enseñado a sentir que tenía peso en el tiempo y también en el espacio
