sábado 6 de septiembre de 2003

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la tormenta suena en alguna parte y uno quiere adivinar que pronto estará aquí;
caen piedras de gran tamaño del cielo y los gatos corren por los techos a refugiarse, fueron pocos segundos antes de que el agua cayera a montones;
cosas extraordinarias que podrían parecer ordinarias a fuerza de repetirse, y aun causan asombro, porque la repetición es poco antídoto para lo extraordinario