3.8.2018

Sus labios húmedos dijeron afectadamente: -Se va a torcer el cuello mirando para atrás. Se rio: -¡Dios mío! ¿No es cierto que los hombres son unos reverendos idiotas? Con tristeza. Miss Kennedy (…) -Son ellos los que disfrutan -dijo triste después. Un hombre. Ulises; James Joyce, traducción Zabaloy