Las predicciones conmigo no dieron una. También yo me casé y tuve hijos, cuando se suponía que iba a ser soltera, periodista, que viviría en un piso sin ascensor de Manhattan. Ahora sí vivo sola en un piso sin ascensor./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
es fantástico eso de fracasar en lo que a uno no le interesa para nada
DC-6 de Santiago a Lima. De Lima a Panamá. (…) hasta Miami (…). Antes habíamos hecho siempre el viaje en barco, (…). Más de un mes de travesía. (…) Una forma de comprender la inmensidad./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
Habría sido de muy mal gusto por mi parte contarles a las chicas del colegio cuántos hombres increíblemente guapos había en aquel funeral. De todos modos lo hice./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
luego hubo una desbandada (…) y un eco lejano de pezuñas de caballo a medida que los carruajes se alejaban al galope, escorándose peligrosamente, los látigos restallando, (…)./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
Cruzamos más miradas y sonrisas clandestinas al llegar al cementerio, entre tantos panteones, criptas y ángeles. Decidimos que nos enterraríamos en el mar y nos prometimos uno al otro no faltar./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
aún había (…). Aparatosos coches (…) tirados por (…) caballos negros. (…) Hay gente que siempre asocia el olor embriagador de las flores con los funerales. Para mí tiene que estar mezclado con el tufillo a estiércol de caballo./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
Hay ciertas cosas de las que la gente nunca habla. No me refiero a las cosas difíciles, como el amor, sino a las más bochornosas, como por ejemplo que los funerales a veces son divertidos o que es emocionante ver arder un edificio./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
Johnny era el hermano pequeño de Michael y mi mejor amigo. Idolatraba a Michael tanto como yo. Incluso reconocíamos, con cierta soberbia, que Michael era un canalla. Pero tenía estilo, caché. (…) Tenía una voz grave y lenta, lenta./Una noche en el paraíso; Lucia Berlin
¿Estoy mancillada? ¿Por un momento tan breve y confuso? ¿La gente lo sabrá, al mirarme? (…) Y si tantas mujeres se arriesgan (…) quizá yo tenga un problema, porque apenas me di cuenta de lo que pasaba. Necesitaba orinar. /Una noche en el paraíso; Lucia Berlin