29.7.2021.14
Mi compañero de cena, o sea mi hermano, fue tolerante con esta larga y probablemente inútil conversación, (…) porque mi comportamiento le recordó, de hecho, a nuestra madre (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, Traducción: Inés Garland
Mi compañero de cena, o sea mi hermano, fue tolerante con esta larga y probablemente inútil conversación, (…) porque mi comportamiento le recordó, de hecho, a nuestra madre (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, Traducción: Inés Garland
(…) nuestra madre, (…) era muy capaz de empezar una conversación (…), (…) no podía dejar que un extraño se acercara ni un poco a ella sin empezar una conversación (…) falleció el último otoño, muy a nuestro pesar. (…) No puedo…; Lydia Davis, trad. I. Garland
(…) nuestra madre, (…). Aunque, naturalmente, algunos de sus hábitos nos molestaban mientras estaba viva, nos gusta que algo nos la recuerde (…) y probablemente los dos estamos adoptando alguno de esos mismos hábitos (…). No puedo…; Lydia Davis, trad. I. Garland
(…) no me interesa leer este libro. No estaba interesada en leer el último que traté de leer, tampoco. Estoy cada vez menos interesada en leer cualquiera de los libros que tengo, aunque son razonablemente buenos, supongo. (…) No puedo…; Lydia Davis, trad. Inés Garland
(…) Se supone que los libros de los que hablo son razonablemente buenos, pero simplemente no me interesan. De hecho, (…) a veces los libros que no son tan buenos me interesan más. (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, traducción: Inés Garland
(…) No estoy cansada de todos los libros buenos, estoy solo cansada de las novelas y las historias, hasta de las buenas, o de las que se supone que son buenas. (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, traducción: Inés Garland
Estos días, prefiero los libros que tienen algo real, o algo que el autor al menos creyó que era real. (…). Uno puede predecir qué va a pasar antes de terminar de leer una oración. Todo parece tan arbitrario. (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, traducción: Inés Garland
Pero es cierto que a veces también me aburren mis propios sueños (…). Y a veces me aburre inclusive el acto de pensar: he aquí otro pensamiento, estoy por saber si es interesante o no —¡esto otra vez no! (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, traducción: Inés Garland
(…) De hecho me aburren a veces mis amistades: oh, vamos a pasar la tarde juntos, vamos a hablar, después voy a volver a casa —¡otra vez! (…) No puedo ni quiero; Lydia Davis, traducción: Inés Garland
(…) me aburren (…). Solo los nuevos (…). (…) por favor, ahórrenme su imaginación, estoy tan cansada de su vívida imaginación, dejen que otro la disfrute. Así es como me siento en estos días, qué sé yo, a lo mejor se me pasa. No puedo…; Lydia Davis, trad. I.Garland