domingo 9 de noviembre de 2003

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ese loro decía "hola" con una voz que pasaba como humana, pero podía serlo y no serlo, por un matiz que tenía, y porque el loro propinaba ese "hola" en una forma sorpresiva, nada coloquial, fuera de cualquier contexto, y cuando uno menos se lo esperaba;
cuando uno le decía "hola", jamás contestaba, y sólo cuando alguien se estaba yendo, después de insistir sin ningún éxito, cuando la persona estaba como a diez metros, el loro decía casi inaudiblemente un "hola", y era como si pensara:
puedo, pero sólo cuando yo quiero
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se escuchaba esa conversación en el transporte público entre un hombre y una mujer que se referían a un señor casado a quien se le notaba muy visiblemente fascinado en el trato social con otra señora;
– … y eso que tiene una esposa divina…
– pero a su esposa ya la tiene…
– … cree que la tiene…