lunes 5 de agosto 2002

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En esta historia de la vida real, poner de acuerdo entre sí a dos acaudalados hermanos de muy mal carácter había llevado muchísimo tiempo.

Porque había cantidad de propiedades, rurales y urbanas, y emprendimientos comerciales, valores de todo orden, en fin… una fortuna apreciable.

Muy trabajosamente habían llegado a un acuerdo acerca de qué cosa iba a ser para cada uno, y se había redactado un documento que se estaba por firmar, cuando un hermano preguntó algo y pegó el puñetazo en la cara del otro, en el momento en que terminaba de contestar la pregunta, y hubo que esperar más de seis meses para que se pudieran sentar de nuevo, sin preguntas, para firmar por fin ese papel.

La pregunta y la respuesta fueron:

– ¿el jeep tiene las dos ruedas auxiliares?

– no, una sola, como viene de fábrica, la otra me la quedo por si la llegase a necesitar para algo.

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El gato se vio descubierto frente a esas dos mujeres que lo habían estado compartiendo sin saberlo, a pesar de estar viviendo en casas contiguas.

Sucedió que una llamaba a su gato con el nombre de Ronrón, mientras que la otra lo llamaba Arnold, pero se trataba del mismo gato, que aparentó mantener toda su calma cuando esto se supo, la primera y única vez que dieron en verse por casualidad los tres juntos al mismo tiempo.