viernes 11 de junio de 2004

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la vejez no acompaña con gusto las acciones, las novedades, las complicaciones en general;
aunque los cambios no son bienvenidos, de pronto se presenta el cambio más grande, que es salirse del todo de esta historia y morir, y ese paso es tomado de buen o de mal grado en algún momento por el que se va y por los que se quedan acá;
algo bueno de estas escenas inevitables es que en una vida donde se cree que todo es personal, de golpe suena toda la orquesta y pasan todas esas cosas que son impersonales, arquetípicas, donde los gestos de los que se van y de los que se quedan un rato más son del todo inmemoriales y eternos