martes 14 de octubre de 2003

*
en los tiempos en los que pareció que la publicidad debía hacerse un poco más responsable, las empresas comenzaron a incluir aclaraciones en sus avisos, para no sufrir reclamos por publicidad engañosa, y así empezaron a verse asteriscos como este *
que remiten a un texto casi invisible al final del mensaje, que indica que en realidad es un poco al revés de lo que se dice en la tipografía grande, o no tanto como se dice, o que el precio no es ese para el ciudadano común, o que no incluye esto ni aquello, y en fin, todo lo concerniente a gran parte de la información verdadera respecto del asunto;
y pues bien, el lector pensaba en esas cosas,
cuando se dio cuenta de que acá mismo, aquí arriba, es igual, porque dice nadakedecir*
y abajo, para no incumplir la norma, pone: * pero decimos algo