domingo 19 de septiembre de 2004

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la empresa ponía tapas en la cerveza donde decía que te daban otra gratis, y cuando se la mostrabas al que te la había vendido, en vez de darte la otra botella, te decía que conservaras bien la tapita, que seguramente tendría su valor;
pero eso no importó para nada, porque con una sola cerveza era más que suficiente, y porque no hemos caído tan bajo todavía como para terminar de creer del todo en cada cosa que nos prometan, y menos si la promesa viene en una tapita