lunes 14 de marzo de 2011

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en casi diez años pasa mucha agua bajo los puentes, y el 19 de diciembre de 2001 escribí esto:
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No conocía a Art Tatum, y cuando escuché algo de él me pareció que era una buena música para escuchar en el momento de morir, incluyendo los aplausos y la ovación final, porque sería lindo irse con una hermosa música, breve (1 minuto), para no hacer la cosa tan larga, y con una despedida cordial (4 segundos), admirativa y afectuosa, ¿por qué no? Lo merecemos, seguramente, así que al que le corresponda, si es que está leyendo esto, por favor que vaya tomando nota de este modestísimo deseo.
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Pero resulta que no me he muerto, y pasado el tiempo necesario, he venido a cambiar saludablemente de opinión, y me parece una idiotez que nadie se tome ningún trabajo de poner ninguna música para alguien que no estará allí para escucharla.
Seré demasiado optimista tal vez por lo que voy a decir ahora, y con el debido respeto por el bueno de Art Tatum, espero escuchar en esos grandes momentos, y como corresponde, unas muy buenas músicas celestiales del lado de allá